Durante la época prehispánica, la educación se practicó en distintas escuelas, una de ellas era el Calmecac donde se enseñaba a los nobles y se formaban para ser dirigentes. Pero al llegar la época colonial la educación cambió y sólo los hijos de los principales aprendían a leer, escribir, utilizaban el canto como una asignatura de mayor importancia y la doctrina cristiana.
"El exito más sorprendente y trascedental que se obtuvo de ésta educación intensiva de los hijos, fue el que los niños educados se convirtieran en un medio eficacísimo para la promoción del postulado y al mismo tiempo una terrible arma ofensiva contra la religión prehispánica"(Kobayashi, José María, 1985, 181), debido a que los sacerdotes decidieron utilizarlos como ayudantes en la evangelización de su pueblo.
Los niños predicadores disponían de más libertad y posibilidad de movimiento que éstos, y en virtud de las cuales hiban a todos los fines de ésta Nueva España sin preocuparse por si había monasterios.
Gracias a los niños predicadores la evangelización se extendió mucho, hasta los lugares menos accesibles. Otra de las ventajas era que siendo hijos de los principales, al ser enviados a sus pueblos de procedencia, era recibidos con respeto por la gente común. Además se encargaban de destruir los templos e ídolos, y también delataban a los mayores idólatras clandestinos.
Esta campaña destructora de templos e ídolos, iniciada como un acto de osadía por tres frailes el 1o de Enero de 1525 en Tetzcoco, fue proseguida victoriosamente por los muchachos que veían "con voces de alabanza y alarido de alegría" la caída de "los muros de Jericó", mientras quemaban "los que no lo eran espantados y abobados, y quebradas las alas, como dicen, de corazón viendo sus templos y dioses por el suelo". (Kobayashi, José María, 1985, 183).
" Los templos que antaño había sido centro de su vida toda, ahora se convertían a manos de sus propios hijos en escombros a la vista de ellos."(Kobayashi, José María, 1985, 183-184).
(Kobayashi, José María (1985), "La educación en la Nueva España del siglo XVI", en La educación como conquista, México, El Colegio de México, pp. 175-185 y 190-194.
Por:
María de la Luz Fuentes Corral.
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